Hoy nos encontramos en la bitácora a un hombre fundamental en la historia española: Felipe II. Rey, que no Emperador, del mayor Imperio que ha contemplado la humanidad. Heredero de Carlos I, un Emperador guerrero, campechano y extrovertido... quizás Felipe representase la antítesis de su propio padre al respecto. En sus manos estuvo el destino de la España que pudo ser y no fue... pero del desvanecimiento del famoso Imperio en el que "nunca se ponía el sol" no fue culpable en absoluto. Se podría decir que gracias a él se sostuvo lo imposible un poco más en el tiempo.
Educado a conciencia para ser Rey, Felipe II era extremadamente culto, destacándose como mecenas y precursor de las artes durante su largo reinado. Cervantes, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Fray Luís de León, Ticiano, el Bosco, el Greco, ect... fueron nada más parte de un par de generaciones de magníficos artistas que encontraron acomodo bajo la filosofía de la corte de Felipe II. Además, el Rey era un enamorado de la arquitectura, por lo que no es de extrañar que la obra más monumental realizada en nuestro país se diera bajo su reinado: el Palacio Real del Escorial, posteriormente Monasterio del Escorial. Dicha construcción está considerada como la octava maravilla del mundo.
Ya os he avanzado que era la antítesis de su padre, el emperador Carlos I. Mientras que el Emperador fue querido por su pueblo por su condición campechana, era habitual verlo vestir ropajes alegres y coloridos, amante de los viajes y guerrero de naturaleza. Su hijo, el Rey Felipe II, era de carácter tímido y reservado, austero en la vestimenta, hogareño y burócrata... aunque no rehuía a resolver sus problemas diplomáticos y mantener la integridad del Imperio con las armas si las circunstancias lo requerían. De hecho, durante su extenso reinado de más de 40 años de duración (1556-1598) sólo disfruto de paz sin beligerancia durante 6 escuetos meses.
Su largo reinado se vio envuelto en multitud de conflictos, propios de un Imperio desmadejado, sin tradición y profundidad en el tiempo. Incluso dentro del país tuvo que apagar rebeliones como la de los moriscos en Granada o la de Aragón, cuyos Fueros se rebelaron dando refugio al Valido traidor Antonio Pérez.
Antonio Pérez, Secretario traidor de Felipe II.
En España se ganó el desprecio de su pueblo por el excesivo celo del inquisidor más fanático, cruel y despiadado de la historia del país, superando incluso a Torquemada: el Inquisidor General Valdés Salas. El carácter retraído y sobrio del monarca también ayudó a que su pueblo sintiese poco apego por él.
En el exterior dos hechos marcaron su reinado. La posición predominante de Felipe II en la Contrareforma, descubriéndose como el principal defensor del Catolicismo en el Viejo Continente, lo que trajo consigo, entre otros, el brutal saqueo de la ciudad de Amberes y la dominación de los Países Bajos (muy influenciados por el Protestantismo) bajo el brutal yugo del Duque de Alba. El otro gran hecho que marcó la política exterior de Felipe II fue su pertinaz enfrentamiento con Inglaterra... ya todos conocéis el capítulo histórico de la "armada invencible"... y si no lo conocéis no os preocupéis que habrá un post en esta bitácora sobre ese desafortunado capítulo de la historia española.
En el aspecto económico, el mandato de Felipe II se puede tildar de desastroso. Baste decir que bajo el reinado de Felipe II España se vio precipitada hacia la bancarrota en tres ocasiones nada más y nada menos.
En lo personal, sin dudas dejó marcado al Rey la muerte de hijo mayor y heredero, hasta ese momento único varón de sus hijos. El Príncipe Carlos fue apresado por el propio Rey y acusado de traición a la monarquía... muriendo poco después de ser apresado. Un negro capítulo en la vida de Felipe II que lo marcó hasta el final de su vida.
Pero no me extiendo más y os dejo el documento visual de rigor que suelen protagonizar las entradas de esta bitácora. Se trata de un documental de producción española, de poco menos de una hora de duración, que narra con total detalle y profundidad el reinado de Felipe II y nos descubre al hombre, al Imperio y a la España de aquella época con total desnudez.
Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV y última
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